miércoles, 25 de mayo de 2011

La solterona de oro...



A.- Hoy me ha vuelto a dejar.


P.- Pero bueno. ¿No decías que ya no ibas a ser más su novia y que solo ibais a ser amigos?


A.- Ya, pero no querrás que cuando sea mayor no tenga hijos, ni marido, ¿verdad?


P.- Hija, no hace falta que te preocupes por cosas que aún falta mucho para que lleguen. Ahora solo tienes que preocuparte de ir al cole a jugar con tus amigos y amigas y pasarlo lo mejor que puedas. Y de paso, hacer un poco más de caso a tus padres.


A.- Para tí es fácil, pero yo no quiero ser mayor y estar sola. Yo lo paso mal pensando en eso.

Transcurridos unos tres días...

A.- Ya estamos juntos, otra vez. Vuelvo a ser su novia.
P.- ¿Otra vez? ¿Cómo? Si me habías dicho que te había vuelto a dejar.
A.- No. Era una broma.
P.- ¿Seguro?
A.- Bueno, ¿qué quieres? Papá, él es el que manda. Los chicos son los que mandan.
P.- Me parece a mí que no. Yo creo que sois las chicas las que mandais en muchas cosas y sobre todo en los novios...

Después de pensar un poco en mis palabras...

A.- ¡Ah, ya se! Las chicas somos las que llevamos dentro a los hijos, limpiamos la casa, hacemos la comida más rica y trabajamos ¿por qué tiene que mandar él?

¿Alguien tiene una respuesta a eso? Seguro que hay alguna, pero lo dificil sería convencer a mi hija de lo contrario a lo que ahora parce que piensa.