miércoles, 15 de septiembre de 2010

Obedecer...


Suena el despertador para las dos mujeres de mi casa.
Como siempre, Andrea parece no querer levantarse, no querer asearse, vestirse, desayunar... y como siempre su madre le recuerda que tiene que despertar, que tiene que asearse, desayunar...

Mientras tanto, como cada mañana, los minutos pasan que parecen segundos y conforme las manecillas del reloj avanzan, la voz tierna y mimosa de la madre se va tornando imperativa.

-Mamá, ¿por qué te tengo que hacer caso siempre?

-Pues porque yo soy la mamá y tú eres la hija.

-Pues he pensado que yo no soy un mono de feria y que sepas que ya no te voy hacer más caso a lo que me mandes.

Empezando así la mañana, es facil pensar que antes de ir al colegio, Andrea ha terminado con una pequeña chaparreta en el culte... Normal.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Manias


Hoy lunes (día 13 de septiembre) hemos comenzado el curso de verdad.

En realidad, Andrea comenzó el día 8 de septiembre, pero según ella misma, hoy es cuando empieza el cole de verdad ya que hoy empezaban a las 09.00h y su madre irá a buscarla a las 17.00h.

De lunes a viernes, en casa de Andrea todo son prisas por la mañana ¿todo?...

-Andrea, ¿te has puesto ya los zapatos?

-Sí, pero ven, mira esto...
Andrea adelanta el pié derecho ya calzado y su madre no ve nada raro.

-¿Qué pasa?

Con voz de enfado y a punto de empezar una crisis de incomprensible y desesperante cabezonería maníaca por una nimiedad inexistente a simple vista...

-¡Tú no ves nada! Papá, mira tú.

Pienso que una vez más me ha tocado el papel desagradable de árbitro y miro su pié.

-Los zapatos son bonitos y...

-¡No veis nada, hay una arruga en el calcetín, aquí detrás!
Y enfadada, muy enfadada, señala con su dedo índice a la parte trasera (talón) de su calcetín.

(...)

Después de unos cuantos tira y afloja, la arruga del calcetín dejó de existir y el calcetín, posiblemente, quedó colocado de idéntica manera que lo estaba al comienzo de la mañana,

-Gracias. Así sí puedo ir al colegio.

Y la familia García Ameneiro vuelve a llegar tarde al colegio, una mañana más...

viernes, 10 de septiembre de 2010

MAYOR... Mayor... mayor....


Al lado de casa hay algunos parques.
Uno al que más solemos ir (por cercanía) es al que Andrea llama "el parque del tubo amarillo".

De camino hacia el parque, Andrea va delante de mí y de Joana...

A.- Papá, ¿te has fijado cómo se me menea el culete?

P.- ¿Qué? (Joana se sonríe burlonamente por la pregunta de Andrea)

A.- Pues que se me mueve el culo cuando camino, ¿tú no lo ves?

(¿Qué se le contesta a una niña de cinco años que tiene semejante inquietud?)

P.-... Hombre... tampoco se mueve tanto.

A.- Oye. Yo soy mayor y si te digo que se mueve es porque yo lo se...

Creo que a su madre y a mí nos espera una durísima batalla con las hormonas de Andrea (aunque espero que tarde en llegar)

jueves, 2 de septiembre de 2010

El final del verano


De niño pensaba que el mejor mes del año era el de junio: vacaciones, días más largos, el gazpacho de ajo blanco de mi abuela y de mi madre, risas y algarabías de niños jugando, la luz del verano, días más largos... Y que el peor mes del año era septiembre: vuelta al colegio.

Pero este mes de septiembre va a ser un poquito especial en la vida de la familia García Ameneiro. Después de haber estado con los abuelos de Santiago durante un mes y casi y medio, Andrea se reunió con su madre el pasado viernes y hoy, día 2 de septiembre, viajaré yo hasta Santiago de Compostela.

No se cual será la reacción de mis dos Doñas, porque ninguna sabe que vamos a ir a su encuentro. Espero que la sorpresa sea bien recibida por las dos y que este mes se convierta en un mes especial, por lo menos este año.

Supongo que estas pequeñas cosas son las que hace que un mes o cualquier otra cosa, sea especial y se recuerde cuando se es mayor, como los aromas, los sonidos, los sabores, sorpresas...