viernes, 29 de julio de 2011

Y lo que tenía que pasar.... pasó.


En un acuerdo tácito entre tu madre y yo, pactamos que solo te diríamos que cogieras a tu hermano en presencia de un mayor. No queríamos, ni queremos prohibirte que cojas a tu hermano, porque te conocemos y sabemos que eres capaz de eso y mucho más.
Pero todo tiene un límite y tú has llegado a él hoy.

Según me ha contado tu madre, cuando ibas a dejar al niño en la amaca, se te ha escurrido y se ha dado un golpe (creo que pequño, porque casi estaba ya en la amaca) en uno de los barrotes de metal laterales. Y claro, esto ha dado pié a tus abuelos y no sé si a más gente de los presentes, para emprenderla a grito "pelao" contigo.

Según me ha contado tu madre, tú misma te has autocastigado yéndote a tu habitación a acostarte, mientras el niño lloraba desconsoladamente. Pero lo que no me ha sabido aclarar tu madre, es si el niño lloraba de dolor o por el sustos de los gritos contra tí; quién sabe, quizás con su llanto estaba diciéndoles a todos: ¡No gritéis a mi hermana que me asustais a mí!

No te preocupes, cuando sea mayor se lo preguntaremos (;-)

De todas formas, creo que tu madre te ha vuelto a recordar que es bueno que cojas a tu hermano, pero siempre que haya un mayor cerca de tí..., por si acaso.

miércoles, 27 de julio de 2011

Y otro verano más...


Otro verano que pasará sin poder estar juntos en la playa. ¡Con lo que a tí te gusta la playa!

Este año viajamos hasta Santiago para poder estar allí el día del Apostol y como cada año que lo hemos intentado, no vimos los fuegos desde la plaza del Obradoiro.

Y la última noche que te arropaba hasta después de agosto, antes de rezar tu oración te expliqué una vez más, que si el 3 de septiembre no aprobaba el examen, iríamos una semana a Albanchez, pero si aprobaba, no podriamos viajar hasta allí.

A.- Ya lo entiendo: cuatro esquinitas tiene mi cama, cuatro angelitos guardan mi alma. Jesús, te pido que mi papá no apruebe ese examen.

(...)

Y eso que aún no le he contado que si apruebo me tendré que marchar a vivir fuera unos meses.

miércoles, 20 de julio de 2011

¿Mascotas? Ella con respecto a él.


A mi hija y a mí nos gusta hacer cosas juntos. sobre todo a ella cuando quiere que le consiga algo.

Me gustaría haber podido ir más veces con ella a las barracas de las fiestas de San Fermín y que se hubiese montado más veces en más atracciones, pero este año solo hemos podido estar el último día (el económico).

A.- Papá te voy a decir algo, pero no le digas nada a mamá porque ella no te va a dejar venir conmigo.
P.- ¿Qué quieres?
A.- Ven y te lo enseñaré.

Evidentemente, la mamá se dio cuenta y preguntó si íbamos a lo del pez. Después de negociar un poco, mi hija y yo conseguimos convencer a mamá de que íbamos a ir a ver la caseta y si yo veía alguna posibilidad, provaría suerte solo una vez. Así que la mamá se quedó tranquila y acompañada del bebé y unos amigos con sus hijos; y mi hija, su tía y yo nos fuimos.

Para conseguir el pez había que encestar en una pecera pequeña y de boca estrecha una pelota de ping pon tirándola a una distancia de unos 200 cm (quizás era menos). Teníamos tres intentos; valoré las posibilidades y aunque estos feriantes, cada vez lo ponen más difícil, después de que ella fallara el primer intento, tiré la segunda pelota y encesté.

Cuando vi la cara de admiración y felicidad de mi hija al conseguirle el premio, creo que yo me llevé la mejor parte de ese momento.

Regresamos con todos los demás y ella le enseñó el pez a una amiguita:

A.- Mira. Mi papá me lo ha conseguido tirando una bola dentro de una pecera pequeña. Ahora tengo dos mascotas: ¡este pez y mi hermano!

jueves, 14 de julio de 2011

Otra pesadilla

Como siempre que Andrea tiene un mal sueño, luego despierta preocupada y con cara de pocos amigos.

A.- Hoy he tenido un sueño malo y no se si quereis que os lo cuente.

Desde que Paulo ha venido a casa las atenciones no guardan el mismo equilibrio, aunque nos afanamos en ello.

P y M.- Pues claro que queremos oir tu sueño.
P.- Ven aquí conmigo.

Después de acomodarla en mi regazo y de pedirles a su madre y a su tía la máxima atención...

A.- Ha sido muy feo. Mamá, Paulo, la tita y yo estabamos en el sitio de Gorgorito (en Conde Rodezno; San Fermin Txikito) y fuimos a un bar que estaba separado: los papás entraban en un bar que estaba así (con el dedo índice describe una especie de semi círculo) y el camarero me dijo cuando yo iba a entrar: "tú no. Tú con los niños al otro bar"; así que me fuí al otro bar con los niños de mi clase y yo gritaba para decirle a mi mamá, pero no me oía. El bar de los niños era así (describe otro semi círculo con su otro dedo índice), que estaba al lado, pero no estaban juntos y se empezaron a separar y yo gritaba más para avisar a la mamá y ella no me oía y entonces...
P.- ¿Qué pasó?
A.- Esto no os lo voy a contar..., bueno..., si quereis, sí lo cuento.

P.- Pues claro que queremos. Además, los sueños malos hay que contarlos con todos los detalles para que se vayan lejos lo antes posible.

A.- ¡Ah! bueno; pues entonces, como los bares se separaban y el camarero no me dejaba gritar más, pues..., empecé a llorar mucho y por eso estoy tan triste.

Después de un sin fin de preguntas sobre su pesadilla, todas ellas pensadas para quitar hierro al asunto, Andrea parece tranquilizarse y nos damos cuenta de que todo está en orden cuando al moverse su hermano ella corre para ponerle el chupete y darle un besazo, mientras su madre le pide con voz cansada: deja a tu hermano que se va a despertar y tiene que dormirrrrrrrrrrrrrrrrrrrr.