viernes, 13 de julio de 2012

Te pusistes tan contenta al ver el contenido del paquete de correos que te había enviado tu tía Carmen María que quisistes llamarla enseguida para darle las gracias; pero no pudo ser, porque ella estaba trabajando a esa hora. Más tarde, a la hora de la comida, la llamamos y tú le pedistes perdón por no hablar con ella cuando llama a casa y le distes las gracias por los dos regalos: la minifalda y las sandalias. He de confesar que a mí también me gustaron, lo que no me gusta tanto es reconocer que te estas escapando, poco a poco vas dejando de ser mi niña, mi princesa..., vas creciendo y cuando te regalan ese tipo de ropa y te veo con ella puesta, no puedo evitar sentir una mezcla de "sí pero no"..., supongo que será algo parecido al Jin y el Jang de todos los padres. Y ahí estabas tú: con tu minifalda blanca y tus nuevas sandalias (las de la foto) dispuesta a salir a dar una vuelta por la zona de Conde Rodezno, donde los Sanfermines txiquis, con tu abuelo. Andrea (An).- Abuelo, creo que los chicos se van a fijar mucho en mí con esta minifalda y estas sandalias. Abuelo (Ab).- Por eso voy yo contigo. An.- Para espantarlos ¿verdad? (...) Al regresar, me contaste que por fin te pudiste subir en una atracción (saltos en colchoneta con arnes y unas cuerdas elásticas) a la que no te dejaban entrar el día anterior porque no dabas la talla, no llegabas a la marca de la vara que tenían para medir a los niños; pero claro, con la plataforma y el tacón de las sandalias, ese día tú sí pasastes esa marca y pudistes entrar a la atracción. Otro motivo más para estar alegre ese día..., supongo.

viernes, 2 de marzo de 2012

La Funcionaria Asesina



Hace ya casi dos meses que nos regalaron un CD de Alaska porque íbamos hacer un viaje y mamá se quejaba de que no teníamos música vairada para escuchar en el coche, que siempre era la misma. La verdad es que es cierto, la última vez que cargué el MP3 tenías 5 años.

(...)

Abrimos la página de youtube y buscamos la canción que más te gusta del disco: "La Funcionaria Asesina" y mientras la escuchas y ves el vídeo (hasta ese momento nunca habías visto a nadie vestido o peinado así) te dedicas a cantarla y bailar.

Buscamos otra canción de la misma artista: "La Bruja avería"

En el vídeo sale una Alaska un tanto descafeinada, aunque con las pintas habituales. Te quedas mirándola. No comentas nada.

Último vídeo: "A quién le importa"

Sin duda, es la Alaska más "rara". Después de cantar un poco la canción...

A.- ¿Alaska iba así por la calle?
P.- Es posible. Creo que sí, por eso cantaba esto de ¿a quién le importa?
A.- ¡Yo jamás iría por la calle así!

jueves, 9 de febrero de 2012

Preguntas que no se preguntan... ¿o sí?


A la salida de un centro comercial te encuentras con mucha gente: a unas las conoces y otras te conocen a tí y a veces, hasta te saludan.

María, una compañera de mi trabajo, cometió el error de encontrarnos ese día.

María (M).- Hola. ¿Este es tu hijo?
Tx.- Sí.
M.- ¡Qué grande está! y qué guapo...

Presenté a V y después...

Tx.- Y esta es mi hija A.

M.- ¡Qué ojos! Eres muy guapa también.

A.- ¿Estas embarazada?

M.- ¿Cómo?

A.- Que si esperas a un bebé.

María, soltera y sin compromiso, nos mira un poco desconcertada pues aunque lleva una ropa un poco amplia, no está gorda; y con una sonrisita un poco forzada..., casi entre dientes, contesta:

M.- No. No lo estoy.

Nosotros nos sorprendemos por la pregunta y aunque no ocultamos una sonrisa intentamos explicar a nuestra hija que hay cosas que no se deben preguntar, pero antes de que la madre o yo empezáramos a hablar ella vuelve a tomar la iniciativa:

A.- ¿Tienes novio?

M.- ¿Eh?.., pues no (nos vuelve a mirar)

A.- ¡Vaya! Pues si quieres, en internet hay un sitio donde tu pones tu nombre y puedes buscar un novio.

A María le entra un poco de prisa y entre sonrisas se despide y se marcha mientras nosotros empezamos a recriminarle a nuestra hija que ciertas cosas no hay que...

A.- Ya lo se papá, pero también me has dicho que solo tengo que hablar con las personas que tú o mamá hable; y esa persona ha hablado, por eso yo le he preguntado.

*Dias después, bromeando, la compañera me aseguró que ese día estuvo pensando en la sugerencia de mi hija y que incluso le contó a su madre que hasta las niñas de 7 años eran capaces de oler a las "solteronas"

La vida es una tómbola


Eso decía Mari Sol en su película hace unos cuantos años atrás, pero ahora...

El camino hasta el cole de Andrea en Cizur Mayor, por las mañanas está lleno de padres y autobuses que llevan a los niños y niñas a todos los colegios que hay por el recorrido que hacemos. Esto se traduce en atascos, domingueros varios, conductores nerviosos, impetuosos y otros como yo...

En el semáforo de Plaza de los Fueros:

A.- Papá, está en verde, ¿es que no lo ves o es que no te das cuenta?
De nada sirve explicarle que aunque el semáforo esté en verde, si el coche que hay delante no arranca, nosotros no podemos pasarle por encima.

En la rotonda de Sancho el Fuerte con Erlotokieta o San Juan Bosco:

A.- Pero, ¿por qué paras? tira antes de que llegue aquel coche que si no estaremos parados un rato y vamos a llegar muy tarde.
Tampoco parece interesarle la norma de que el vehículo que está circulando por la rotonda tiene preferencia sobre nosostros.

En la rotonda de calle Esquiroz con Iturrama.

A.- ¡Bah! Está claro que hoy llegaremos tarde otra vez. Si no te metes poco a poco dentro de la rotonda, los coches no te dejarán pasar.

¡Puf!

Por la carretera de la Universidad:

A.- Papá no hace falta que te pegues tanto a los árboles, los otros coches también tienen que apartarse.

En la rotonda pequeña de la carretera de la Universidad con la carretera que va a Cizur:

A.- Claro. Ahora vas a dejar pasar a ese autobús y seguro que nos hará ir muy lentos.

Sin comentarios.

(...)

Otro día, cuando regresábamos del colegio mamá y yo decidimos ir al Carrefour y al llegar a la altura del Colegio Mayor Santa Clara, en el cruce que hay al lado, yo decido girar para ir hasta la Avenida Aróstegui. Allí hay que hacer un Stop y con todos los autobuses de la mañana regresando a Pamplona, padres con prisa, domingueros varios (da igual que sea lunes o viernes...) arrancar en ese sitio es complicado para mí.

Mamá.- Ahora pudes. Arranca ya. ¿A qué esperas?
Papá.- No. Ahora no puedo.
A.- ¿Cómo que no? Si no venía nadie. Arranca ya papá.

La mamá se ríe un poco.

A.- Pero dale ya. Que van a venir otros coches y no vas a poder pasar. Que no viene nadie.
M.- Hasta la niña te lo dice.
P.- (Paciencia)

Una vez iniciada la marcha...

A.- Papá, ¡cómo conduces! parece que te dieron el carnet en una tómbola.

viernes, 30 de diciembre de 2011

El gato con botas... y ella también


Antes de Nochebuena y antes de la noche de Reyes Magos, dependiendo si estamos en casa o casa de los abuelos, siempre estas un poco nerviosilla por aquello de los regalos (supongo). Este año, nos ha tocado pasarla allí, con tus abuelos, tu madrina, tus tias F. y C. M. y tu hermano y padres.

Un par de dias antes paseábamos por Santiago con tu tía Pi...

Pi.- ¿No me dijistes que habías pedido a Papá Noel unas botas?
A.- Sí. Mira ese escaparate, mamá ¿podemos pasar a ver esas botas?

Antes de que tu madre contestara, tu tía te pasó dentro para que te probaras algunos modelos. Yo esperé fuera con tu hermano, que iba dormidito en el carro.

Después de un rato, salisteis tú y tu madre de la zapatería...

A.- Por favor mamá cómpramelas, cómpramelas que son chulísimas.
M.- Pero ¿cómo te las voy a comprar? si dentro de dos dias viene Papá Noel, pídeselas a él y si has sido buena...
A.- Tú siempre estas igual, nunca quieres comprarme nada de lo que te pido.
M.- Mira, vamos hacer una cosa: vamos a ir al cajero automático y si hay suficiente dinero, venimos y te las compro y si no hay dinero pues tendrás que esperar a la Nochebuena.
A.- Vale.

Fuimos hasta un cajero próximo mientras Pi y tu abuela quedaban un poco rezagadas y cuando tu madre salió del cajero te dijo que solo había un euro en su cuenta y que como las botas costaban muchos más, que sería mejor pedírselas a Papá Noel.

Mamá entró a un estanco a comprar tabaco y tú con ella.

A.- Papá, ¿sabes cuánto se ha gastado mamá en droga?
P.- Será en un paquete de cigarros, ¿no?
A.- Bueno, sí. Se ha gastado 3'94 euros y luego dice "la tía" que no tiene dinero para mis botas ¿te lo puedes creer?...

Las casillas del parchís


Supongo que como cualquier otra niña, cuando mi hija pasa mucho tiempo en casa sin salir a un parque o a pasear, el ambiente familiar se empieza a cargar un poco y casi siempre, ella termina castigada.

P.- Como sigas así te voy a castigar sin ver dibujos animados, 2 días. ¿Qué te pasa, que estas tan nerviosa?

A.- Te tengo que contar algo que yo sé que no te va a gustar nada.

P.- Bueno, cuanto antes lo hagas, antes pasará lo que tenga que pasar. No te preocupes y cuéntame qué te ha pasado.

A.- En el colegio, en el patio del colegio, he vuelto a pegar a una niña.

P.- ¿Te ha pegado ella primero a tí?

A.- No. No me ha pegado pero...

P.- Pero bueno, ¿cuántas veces tendremos que decirte que no se ha de pegar? Tienes que intentar defenderte si te pegan a tí, pero no tienes que iniciar ninguna pelea ni ser una pegona.

A.- Pero es que me sacan de mis casillas papá; yo tengo 10 ó 14 casillas nada más y cuando se me gastan tengo que pegar...

viernes, 11 de noviembre de 2011

No hay 2 sin 3


Esta vez sí. Por ahora sí. Esta vez sí que has roto el tópico que dice eso de que "no hay dos sin tres". Digo esto porque era la segunda vez que intentábamos que el médico te quitara de la cara un quiste y lo consiguió.

En principio fuimos para que ingresaras a las 13.00 horas y yo pensaba que saldrías pronto, pero la cosa se alargó (lo hicieron con anestesia general) y hasta que no cenastes y tolerastes los alimentos ingeridos, no te dejaron marchar a casa.

El día fue largo, bastante largo, pero creo que mereció la pena.

Hoy viernes, (día 11, del mes 11, del año 11) te has levantado muy contenta y muy preparada para ir a la excursión de tu colegio (a la Foz de Lumbier). Hoy no te dolía nada y todo era perfecto.

Confío que la noche será más o menos igual y que no te sobrevenga ningún dolor ni ninguna molestia.

¡Prueba superada!..., supongo.