En casa, la palabra "accidente" aplicada a Andrea, tiene el significado de mojar la cama. El pasado lunes, 1º de infantil fueron de excursión hasta el Planetarium de Pamplona. La noche anterior, la mamá contó a Andrea un cuento en el que quizás (no lo sé muy bien) aparecía una bruja de esas de la nariz para abajo y que suelen aparecer en los sueños de mi hija. La mañana en la que tenían que viajar, Andrea tuvo un "accidente"; como todo eran nervios por los preparativos de su primera excursión del colegio y como aconsejan los más entendidos en la materia..., no se le hizo mucho caso a ese "accidente" y la cosa quedó en un pasajero: "...seguro que has soñado con la bruja y quizás estes nerviosita por la excursión de hoy..." Unos días después (pero en esta misma semana) , mamá fué a despertarla para ir al cole como todos las mañanas, pero..., ¡sorpresa!..., otro "accidente"
-¡Andrea!, ¿otra vez, cariño?
Andrea se levanta apresurada, andando como un patito con todo el culete mojado hacia el baño y frotándose sus ojos contesta:
-Habrá sido la bruja..., o la excursión ¿no?
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