miércoles, 23 de febrero de 2011

No quiero...


De pequeño me gustaban las películas del antigüo Oeste en las que los indios no paraban de tirar flechas y los baqueros no paraban de disparar (nunca dio más de sí un tambor de 5 cartuchos).

Pero desde la perspectiva de un niño, lo que más me sobrecogía de alguna de aquellas películas, eran los viajes que realizaban tanto las tribus nómadas (los indios) como los "blancos", trasladándose todos sus miembros con todas sus pertenencias, a cientos o miles de kilómetros.

Tanto si eran indios o blancos los que viajaban, la figura de la mujer aparecía como en segundo plano (excepto en "Caravana de mujeres" de 1951, dirigida por William A. Wellman y protagonizada por Robert Taylor, Denise Darcel, Hope Emerson, John McIntire, Julie Bishop, entre "otras").

Desde que llegué a Pamplona, cada tres años (cuatro a lo sumo) he cambiado de piso y de barrio.
Los últimos dos traslados se los ha "comido con patatas" mi mujer cual actriz principal de la película mencionada. No es cachondeo. Verla en acción, sí que es sobrecogedor y admirable. Su capacidad de organización y trabajo, a mí me hacen pequeño.
Es posible que en fechas próximas la familia G. A. tenga que ponerse de nuevo, en camino.

(...)

A.- Papá, yo no me quiero ir de aquí.
P.- ¿Por qué?

Esperaba la típica respuesta de: Yo nací aquí. Respuesta fácil de contestar, ya que no fue así, pero no...

A.- Hombre..., porque yo aprendí a andar y a limpiarme los dientes aquí, es donde más me gusta ver dibujos animados contigo, en esta casa me baño con mamá y me gusta mi habitación.
P.- Pero la nueva casa va a tener una habitación más grande para ti y otra para tu hermano.
M.- Ya, pero yo no se si serán tan grandes.
P.- Yo creo que un poco más grandes que la de ella, sí que son.
A.- Si no hay chichiguagua, yo no me voy.

Nota: Chichiguagua es como mi hija llama a una raza de perro canijo que parece una rata. A ella le encanta, pero a sus padres no.

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